Poder elegir la lengua de escolarización ¿es un derecho?

Me encanta poder elegir una lengua para expresarme; mi padre me ha dado ese gozoso derecho a elegir entre una lengua vernácula y un idioma oficial cuando era niña. Ojalá todas las criaturas que nacieran en las mismas circunstancias que yo (en un territorio bilingüe) pudieran hacer valer ese mismo derecho. Lamentablemente, la escolarización en gallego me llegó tarde y aunque coloquialmente tenía plena competencia en gallego, las lecturas y estudios posteriores me permitieron avanzar en el conocimiento de mi lengua nativa.
L@s escolares actuales tienen el "lujazo" de poder mirar por encima del hombro a sus progenitores porque ell@s sí tienen plena competencia en gallego, lo leen y lo escriben gracias, en primer lugar, a la Constitución de 1978, que consideró el uso de la propia lengua como un derecho ciudadano. Y toda una legislación lingüística, fue elaborada conforme al reconocimiento de ese derecho. ¿Qué buen padre le niega ese derecho a una hija/o?
En Galicia, aunque salgamos en la prensa por la insólita absurda de la "L" de A Coruña, se fue andando hacia una normalización lingüística muy consensuada, batallada, pero pactada al fin y al cabo. Aquí nunca hubo conflicto lingüístico hasta que la secta Galicia bilingüe salió a la palestra a generar un conflicto inexistente.

El Tribunal Supremo ha rechazado que los padres puedan elegir el idioma en que estudian sus hijos, como argumento al recurso interpuesto por el padre de un alumno del colegio Los sauces, de Vigo, que exigía las clases íntegramente en castellano para su hijo. El juez considera que dar la posibilidad de que los padres escogiesen en todo el Estado la lengua en que quieren que sean instruidos sus hijos ‘conduciría a resultados absurdos, ya que todos podrían reivindicar así una instrucción impartida en cualquier lengua en cualquiera de los territorios’.

Este fallo del Tribunal Supremo rechaza de lleno las demandas de los padres que reivindican la elección de idioma en los centros de enseñanza, ya que en este caso habría que segregar a los alumnos de cada curso por lengua. Esta opción se tuvo en cuenta a la hora de elaborar el nuevo decreto que regulará el uso del gallego y castellano en la enseñanza. De hecho la plataforma Galicia Bilingüe exige del gobierno de la Xunta que cumpla con su promesa electoral en la que se aseguraba un ‘bilingüismo integrador basado en el conocimiento de ambas lenguas y el derecho de la libre opción lingüística’, sin embargo la sentencia echa por tierra esa promesa.

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