8 de marzo, 23

 



Feminismo en el Congreso

No importa que no se pongan de acuerdo; no importa que hablen en nombre del movimiento feminista o de las mujeres. No importa que las mujeres de la extrema derecha se jacten de no ser feministas, cuando acusan a los “progres” de no darles protección a las mujeres.

No importa que Clara Campoamor consiguiera darle la oportunidad de votar a individuas que niegan que existe la violencia contra las mujeres. No importa que la igualdad se descomponga en tantas bocas sexistas que le darían la vuelta a la tortilla a nuestros derechos, en menos que canta un gallo.

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Los excesos derrotistas de las bienintencionadas “feministas” de hemiciclo, algunas buenas oradoras, que arremeten contra la Proposición de Ley reformista del PSOE, todas, hasta las más extremistas son el resultado de nuestras ideas y nuestra lucha feminista.

Todo esto consolida el proceso de asimilación de una gesta que comenzó hace casi tres siglos, en la Ilustración, con muy pocos aliados, de uno y otro género ¾conviene decirlo¾ y ahora cubre de color malva edificios oficiales, sedes parlamentarias y las calles. Veo escolares, adolescentes de ambos sexos manifestándose por los derechos de las mujeres.

Fuimos una generación vilipendiada por feas, marimachos y locas, por compañeros de filas, sufrimos cárcel y cargas policiales por manifestarnos contra las violaciones, o la “carestía de la vida”.

El feminismo ha impregnado cotidianamente en nuestros movimientos diarios para mejorar nuestras vidas, la de hombres y mujeres. Por eso no importa que no se entiendan, de ministerio a ministerio, el feminismo está viviendo, en el congreso, la edad del pavo y son necesarios unos cuantos embates; luchen por nuestros derechos, la “revolución” está en marcha. Van por buen camino.

8 marzo, 2023. *Viñeta de Davila, en el Faro de Vigo, 8/3/23

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